Los vientos alisios soplan de manera relativamente constante en verano
(hemisferio norte) y menos en invierno. Circulan entre los trópicos, desde los
30-35º de latitud hacia el ecuador. Se dirigen desde las altas presiones
subtropicales, hacia las bajas presiones ecuatoriales. El movimiento de
rotación de la Tierra desvía a los alisios hacia el oeste, y por ello soplan
del nordeste al sudoeste en el hemisferio norte y del sudeste hacia el noroeste
en el hemisferio sur. Las épocas en las que los alisios soplaban con menor
intensidad constituían un peligro para los primeros viajes veleros hacia el
continente americano formándose épocas de calma del viento que impedían avanzar
a los veleros.
En el ecuador se produce un ascenso masivo de aire cálido, originando
una zona de bajas presiones que viene a ser ocupada por otra masa de aire que
proporcionan los alisios. Las masas de aire caliente que ascienden, se van
enfriando paulatinamente y se dirigen a bastante altura en sentido contrario a
los alisios, hacia las latitudes subtropicales, de donde proceden éstos. Los
vientos alisios forman parte de la circulación de Hadley que transporta el
calor desde las zonas ecuatoriales hasta las subtropicales remplazando el aire
caliente por aire más frío de las latitudes superiores. Como ya se ha dicho, la
rotación terrestre es la que produce la desviación hacia el oeste de estos
vientos, desviación que se conoce como la fuerza o efecto de Coriolis, cuyo
nombre procede de Gaspard Coriolis, un científico francés que describió los
mecanismos de este proceso. y finalmente los vientos alisios soplan de alta
baja presión.
Cuando convergen los vientos alisios de ambos hemisferios se origina la ZCIT, Zona de Convergencia
Intertropical. Es un cinturón de baja presión que ciñe el globo terrestre en la
región ecuatorial. Está formado, como su nombre indica, por la convergencia de
aire cálido y húmedo de latitudes al norte y al sur del ecuador. A esta región
también se la conoce como frente intertropical o zona de convergencia
ecuatorial.
Vientos en áreas urbanas
Las áreas urbanas presentan accidentes adicionales y características
térmicas diferentes debido a la presencia de elementos hechos por el hombre. La
influencia térmica domina la de los componentes friccionales. Materiales de
construcción como el ladrillo y el asfalto absorben y retienen el calor de
manera más eficiente que el suelo y la vegetación de las áreas rurales. Cuando
el sol se pone, el área urbana continúa irradiando calor desde los edificios,
las superficies pavimentadas, etc. El aire que este complejo urbano calienta, asciende
y crea un domo sobre la ciudad. Este fenómeno se llama efecto de la isla de
calor.
La ciudad emite calor durante toda la noche. Cuando el área urbana
empieza a enfriarse, sale el sol y empieza a calentar el complejo urbano
nuevamente. Por lo general, debido al continuo calentamiento, las áreas urbanas
nunca recobran condiciones estables.
La turbulencia mecánica sobre las áreas urbanas es muy parecida a la que
se produce en un terreno complejo. Los edificios, separados y en conjunto,
alteran el flujo del aire. Cuantos más altos sean, más aire se distribuye.
Además, las áreas públicas canalizan y dirigen el flujo de maneras intrincadas.
Del mismo modo que es imposible predecir detalles exactos sobre superficies con
montañas y valles, se carece de una descripción exacta del flujo en las áreas
urbanas.
Imagen 1.movimiento de vientos
y zona de convergencia
La posición de esta región varía con el ciclo estacional siguiendo la
posición del n más al norte (8º N) durante el verano del hemisferio norte, y su
posición más al sur (1º N) durante el mes de abril. Sin embargo la ZCIT es
menos móvil en las longitudes oceánicas, donde mantiene una posición estática
al norte del ecuador. En estas áreas la lluvia simplemente se intensifica con
el aumento de la insolación lunar a medida que el Sol ilumina otras latitudes.
Existe también un ciclo diurno, en el cual se desarrollan cúmulos convectivos a
mediodía y se forman tormentas por la tarde. Las variaciones de posición de la
ZCIT afecta las precipitaciones en los países ecuatoriales, produciendo
estaciones secas y húmedas en lugar de frías y cálidas como en las latitudes
superiores. Como la fuerza de Coriolis es mucho menor en las latitudes cercanas
al ecuador terrestre, el movimiento principal de la atmósfera viene producido
por la célula de Hadley sin vientos muy intensos.
Escala de Beaufort de la Fuerza de los Vientos.
Tabla1. Escala de beaufort
Fenómeno de la niña en Colombia
Los mapas de
anomalías mensuales de precipitación en los que se pueden determinar
espacialmente los excesos o déficits de lluvia en relación con los promedios históricos
de cada mes, permiten determinar el
siguiente patrón de comportamiento:
Región Andina: como en los eventos de los últimos
años, se reflejaron muy bien los impactos de este fenómeno. El primer trimestre
fue más seco de lo normal, como consecuencia del fenómeno “El Niño” 2009/10. A
partir de abril, comenzó a sentirse el efecto del paulatino enfriamiento del
Pacífico tropical, el cual conllevó al fenómeno “La Niña” 2010, reflejado en
lluvias excesivas desde abril a septiembre y entre noviembre y diciembre.
Octubre no registró una tendencia definida. Es de anotar que las excesivas
lluvias presentadas desde abril, prácticamente eliminaron la temporada seca de
mitad de año, por lo cual, la época lluviosa del segundo semestre, tuvo un
impacto inusitado, originando uno de los inviernos más fuertes de los últimos
tiempos en las regiones Andina y Caribe, principalmente.
El efecto continuó durante el año 2011
especialmente en febrero, marzo y mayo, los cuales presentaron predominio de
excesos en la región.
Región Caribe: el primer bimestre fue seco, como
consecuencia del fenómeno “El Niño”; a partir de junio, se registró un largo
período de lluvias excesivas, producidas por el evento “La Niña” 2010/11, tan
solo en enero/11 comenzó a ceder parcialmente. Los impactos de esta larga temporada
de lluvias por encima de lo normal, fueron similares a los de la región Andina
y las pérdidas económicas y sociales fueron enormes en toda la región.
Orinoquía: El primer bimestre fue seco, como en el
resto del país. De marzo a mayo y durante julio, las lluvias estuvieron por
encima de lo normal, y de agosto a octubre, fueron deficitarias en concordancia
con el impacto esperado del fenómeno “La Niña” en el oriente del país,
contrario al impacto en la región Andina. Sin embargo, en los meses posteriores
el impacto fue variado, sin mostrar su patrón establecido.
Amazonía: El primer semestre fue
predominantemente lluvioso; durante el segundo semestre, los meses de julio a octubre
presentaron déficit en más de la mitad del área de la región. El primer trimestre/11,
no registró una tendencia definida.
Región Pacífica: El primer bimestre fue menos lluvioso
de lo normal en la mayor parte de la región; de junio en adelante y hasta
abril/2011, el comportamiento predominante fue de lluvias en niveles superiores
a lo normal, siguiendo el patrón típico del evento “La Niña”.
Fenómeno del niño
Aunque todos los eventos El
Niño son diferentes, el canon de normalidad presenta 5 fases: preludio, inicio,
clímax, transición y madurez. En la fase de inicio, en todo el Pacífico Sur
(100 Sur) se da un debilitamiento de los vientos alisios del Sur-Este y del
surgimiento de agua fría, y un descenso de las altas presiones de la isla de
Pascua.
En la fase de clímax una
amplia faja de temperaturas superficiales del mar (TSM) con anomalías positivas
(1971-90, 1971-2000) cubre el Pacífico Ecuatorial, desde Sur América hasta
1800, con anomalías en los vientos del Norte (1100 y 1600 Este). En la fase de
madurez las teleconecciones con regiones Extra tropicales del Hemisferio Norte
están en su punto máximo, las anomalías positivas de la TSM (+20C) abarcan el
Pacífico Ecuatorial central y este.
El fenómeno El Niño conlleva
en un calentamiento anormal de las condiciones oceánicas, y los cambios
asociados en la circulación atmosférica.
Bajo condiciones normales
los vientos alisios del Este empujan el agua superficial desde la costa de Perú
y Chile hacia el Oeste, provocando que grandes cantidades de agua caliente se acumule
alrededor de Australia y Filipinas. El agua helada profunda sube en el Pacífico
Este.
Bajo condiciones El Niño,
los vientos Alisios del Este se debilitan, provocando que la pila de agua, de
hasta 50 cm más alta que en el Pacífico Este, se precipite a lo largo del
Pacífico Ecuatorial, aumentando la temperatura del Pacífico Central y Este.
Una vez desencadenado el
proceso éste continúa debido a la íntima conexión entre las condiciones
oceánicas y atmosféricas. La fuerza de los vientos Alisios está relacionada con
las diferencias en la presión atmosférica a lo largo del Pacífico Ecuatorial, y
éstas a su vez con las diferencias en la temperatura superficial del océano. El
calentamiento de la superficie del mar genera el calentamiento del aire
también, provocando que los Alisios se debiliten aún más.
El Niño tiene un período de
ocurrencia de 3 a 6 años, y una duración de entre 12 y 18 meses. El factor
desencadenante todavía es incierto para la ciencia, pero se desarrolla durante
la primavera del Hemisferio Norte cuando los vientos Alisios están en su punto
más débil. Cada evento es diferente en la intensidad, duración, impactos y
forma de desarrollarse.
El Niño se manifiesta con
sequías en Indonesia, Filipinas, Noreste de Australia, Noreste de Brasil, la
India, Sur de Africa, España, América Central, y Oeste de Canadá. Fuertes lluvias
e inundaciones en el Oeste de Sur América, y desde Texas a Florida en
Norteamérica.
Durante El Niño 1982-83 se
perdieron unas 1,500 vidas en diversas partes de mundo. Brotes de cólera en
Perú y malaria en Costa rica, India, Colombia y Pakistán, encefalitis en Australia.
Las evacuaciones debido a inundaciones fueron de 600,000 personas, y los
incendios y sequías dejaron 8,000 personas sin hogar o medios de vida. A causa
de las sequía durante El Niño 1991-92, más de 30 millones de personas fueron
afectadas por el hambre en el sur de África